LOS MILAGROS

 El significado de los milagros según "Un Curso de Milagros":
Capítulo 1: El Significado de los Milagros: Un Camino hacia la Sanación de la Mente.
En este capítulo, exploramos qué son los milagros. Según el curso, no son eventos fuera de lo común, sino cambios en cómo vemos las cosas. Estos cambios nos liberan del miedo y nos ayudan a conectar con nuestra verdadera esencia.
1. Principios de los Milagros Cambiar la forma de ver: Los milagros corrigen cómo interpretamos la realidad cuando estamos atrapados en el miedo y la separación.
 Actos de amor: Los milagros reflejan el amor divino y van más allá de lo material.
 Perdón: El perdón es clave para los milagros, ya que nos ayuda a soltar el pasado y vivir en el presente.
 Unidad: Los milagros nos recuerdan que estamos conectados con Dios y con los demás, eliminando la idea de estar separados.

La Culpa como el Fundamento del Ego

   La separación como origen: Según UCDM, la culpa nace de la creencia fundamental en la separación de Dios. En un momento ilusorio, la mente del Hijo de Dios (la humanidad) concibió la idea de separarse de su Fuente de Amor y Unidad. Esta idea generó una culpa inmensa, una sensación de haber cometido un "pecado imperdonable" contra Dios.

   El propósito del ego: El ego, que es el sistema de pensamiento que surgió de esta idea de separación, se basa y se nutre de la culpa. Su función principal es mantener la ilusión de la separación y, para ello, perpetúa la culpa en la mente. Si no hubiera culpa, el ego no tendría razón de ser.

   Proyección de la culpa: Dado que la culpa es insoportable a nivel consciente, la mente la proyecta hacia el exterior. Vemos la culpa en otros, en el mundo, en las circunstancias, en lugar de reconocerla como una creencia interna. Esta proyección es un mecanismo de defensa del ego para evitar que nos demos cuenta de que la culpa reside en nuestra propia mente.

La Culpa y el Miedo

   Ataque y castigo: La culpa genera miedo. Creemos que, al habernos separado de Dios, merecemos castigo. Este miedo al castigo se manifiesta como ataque, ya sea hacia nosotros mismos (auto-condena, enfermedad, sufrimiento) o hacia los demás (juicio, ira, conflicto).

   Un ciclo vicioso: El ego nos enseña a atacar para "deshacernos" de la culpa, pero este ataque solo la aumenta, creando un ciclo vicioso. Cuanto más atacamos, más culpables nos sentimos, y más necesitamos proyectar y atacar.

La Verdadera Naturaleza de la Culpa (según UCDM)

   La inocencia inherente: A pesar de la creencia en la culpa, UCDM enseña que el Hijo de Dios es inherentemente inocente. La separación nunca ocurrió realmente porque es imposible separarse de Dios, que es la Totalidad. Por lo tanto, el "pecado" original y la culpa que de él se deriva son ilusiones.

   El "error" no es real: Lo que percibimos como un error o un pecado es simplemente una equivocación, una elección de un sistema de pensamiento ilusorio (el ego) en lugar de la verdad (el Espíritu Santo). Un error puede ser corregido, a diferencia de un pecado que implicaría una falta permanente e imperdonable.

La Liberación de la Culpa a través del Perdón

   El papel del Espíritu Santo: El Espíritu Santo es la Voz de Dios en nuestra mente, que nos recuerda nuestra verdadera inocencia. Él nos guía a ver la culpa como lo que es: una ilusión.

   El perdón verdadero: La solución a la culpa en UCDM es el perdón verdadero. Esto no significa perdonar a alguien por algo que realmente hizo, sino reconocer que la culpa que percibimos en otros es una proyección de nuestra propia culpa no resuelta. Al perdonar, estamos perdonando la ilusión, disipando la culpa de nuestra propia mente y, al hacerlo, liberando al otro (y a nosotros mismos) de la idea de que es culpable.

   La Expiación: La Expiación es el plan de Dios para corregir la ilusión de la separación y la culpa. Aceptar la Expiación significa aceptar que el "pecado" nunca ocurrió y que somos inocentes.

Implicaciones Prácticas

   Auto-observación: UCDM nos invita a observar cómo la culpa se manifiesta en nuestra vida, tanto en nuestros pensamientos de auto-condena como en nuestros juicios hacia los demás.

   Elegir de nuevo: Cada vez que sentimos culpa o la proyectamos, tenemos la oportunidad de elegir de nuevo; de escuchar la voz del Espíritu Santo en lugar de la del ego.

   La paz como indicador: La paz interior es el indicador de que estamos eligiendo correctamente y disolviendo la culpa. Si hay culpa, no puede haber paz.

En resumen, Un Curso de Milagros desafía nuestra comprensión convencional de la culpa, revelando que es una construcción ilusoria del ego que nos mantiene atrapados en la separación y el sufrimiento. La vía de escape es el perdón, que nos permite reconocer nuestra verdadera inocencia y la inocencia de los demás, trayendo la paz y el recuerdo de nuestra unidad con Dios.

 

EL EGO Y YO

Como dijo mi maestra de Reiki y con toda la razón, en vez de darle caza al ego nos vamos de copas con él.

Que estás casada casado, aguantas, discusiones maltratos o simplemente no hay amor. Lo que tienes que aprender, es a saber decidir, que estás viviendo? Esto no está bien.

Pero ahí está el ego diciéndote: que tienes que aguantar, que dónde vas a ir tú sol@, que no vas a poder, qué es lo que te enseñaron. Qué dirá mi familia la gente.

Eres fuerte, lo consigues antes o después, sales adelante, porque somos amor. Y el amor tiene que estar por encima del ego del miedo y de la culpa.

El trabajo que te agobia que te asfixia, no estás a gusto, el ego te dice: aguanta, tienes que trabajar, de que vas a comer? cómo vas a mantener a tu familia?.

Te ofrecen un ascenso una responsabilidad en el trabajo. Ya te dice el ego: no vas a ser capaz, no tienes estudios, no sabes mandar, te van a echar la bronca por cualquier fallo que tengas,no vas a poder.

TE SUENA????

Caza al ego

Mis pensamientos van ahora mismo, por el camino de que, venimos a la vida a aprender lo que es el amor sin condiciones, PURO.

Todos venimos de la Fuente, de Dios, como lo queráis llamar. Quiere decir que es amor, no hay miedo no hay culpa.

Pero al principio de los principios una parte de esa Fuente, de ese Dios, decidió separarse, empezando a darle vida al ego, sintiéndose culpable por la separación, la culpa, por lo que había hecho el miedo a como sería estar separado de la fuente.

Por eso tenemos que volver a unirnos a la Fuente, a Diós. Necesitamos una, dos, tres, muchísimas vidas, porque son muchas las lecciones que tenemos que aprender, siempre tenemos al ego al lado nuestro poniendo zancadillas.

 Antes de venir a esta vida con este cuerpo, pactamos con quién vamos a vivir esta experiencia este aprendizaje, lo que vamos a hacer para aprender esa lección.

 Por duro que nos parezca lo que estamos viviendo en este cuerpo, ya lo hemos pactado, hay que ponerse a pensar qué tenemos que aprender por muy duro que sea.

Unos de los principales maestros que tenemos al llegar a esta vida a este cuerpo, son nuestros padres.

Pensar que ellos, al igual que yo que nosotros están viviendo su propia vida, su aprendizaje igual que nosotros, no todos llevamos la misma velocidad a la hora de aprender, ellos mismos por su desconocimiento por no saber hacerlo mejor, muchas veces no avanzamos lo que deberíamos avanzar. Muchas veces no estamos en el mismo plano espiritual. Lo vamos aprendiendo por nosotros mismos, o no nos queda más remedio que seguir intentándolo en la próxima vida.

Ah y tienes que saber, que si en esta vida, no resolvemos lo que hemos venido a hacer, se acumula, para nosotros o nuestros descendientes.

 Cuando estés pasando por algo que no veas salida, pregúntate para qué estás viviendo esta situación qué tienes que aprender de lo que estás viviendo.

Piensa si esto que te está pasando tiene algo que ver con el miedo o la culpa,que son los principales obstáculos que nos hacen, no avanzar para llegar a nuestra meta. Hay que vencer al miedo y a la culpa.

 Cuando morimos es como echar un sueño, donde tomas consciencia de lo que has vivido y lo que has conseguido, dándote cuenta de que, has recorrido un pequeño camino, pero no lo suficiente como para derrotar al ego.

Nos toca volver a empezar pero no desde cero nos queda lo aprendido en la otra vida seguimos avanzando con otro cuerpo probablemente en otro lugar y con otra vida diferente pero el juego sigue. VAMOS A DARLE CAZA EN ESTA NUEVA VIDA, EN ESTE NUEVO CUERPO AL EGO.

 

EL MIEDO

"Un Curso de Milagros" (UCDM) ofrece una perspectiva radical y transformadora sobre el miedo, difiriendo significativamente de la visión común. En esencia, el Curso enseña que el miedo no es real. Es una ilusión, una creación de la mente egoica, y el opuesto del amor.

Aquí te presento los puntos clave sobre el miedo según UCDM:

1. El miedo es una ilusión y el opuesto del amor.

UCDM afirma que solo el amor es real y lo único que es todo-abarcador. Si el amor es todo, no puede tener un opuesto real. Por lo tanto, el miedo es una invención, una distorsión de la verdad, y no tiene fundamento en la realidad. La ausencia de amor es lo que percibimos como miedo.

2. El miedo es creado por el ego.

El Curso explica que el ego es la parte de nuestra mente que cree en la separación de Dios y de los demás. El ego se alimenta del miedo y lo utiliza como su herramienta principal para mantenernos en un estado de división, vulnerabilidad y conflicto. Nos convence de que somos cuerpos separados en un mundo peligroso y que necesitamos protegernos constantemente, lo que genera miedo, ansiedad, culpa y ataque.

3. El miedo proviene de nuestra elección de pensamiento.

UCDM enfatiza que el miedo no es causado por eventos externos o circunstancias, sino totalmente desde dentro, por cómo elegimos pensar. Cuando experimentamos miedo, es una señal segura de que hemos permitido que nuestra mente "descree" (piense incorrectamente) y no hemos permitido que el Espíritu Santo o el Amor nos guíen.

4. El miedo a la separación es el único miedo real.

Todos los miedos que experimentamos (miedo a la pérdida, al fracaso, al juicio, a la muerte, etc.) son manifestaciones de un único miedo subyacente: el miedo a la separación de nuestra Fuente (Dios/Amor). Creemos que nos hemos separado del amor y de la unidad, lo que nos hace sentir incompletos y vulnerables.

5. Deshacer el miedo es nuestra responsabilidad.

UCDM no nos pide que luchemos contra el miedo o que lo reprimamos, sino que lo reconozcamos como una ilusión y elijamos cambiar nuestra mente. La corrección del miedo es nuestra responsabilidad porque somos nosotros quienes lo hemos creado con nuestros pensamientos erróneos. No se trata de pedir que el miedo sea "quitado", sino de pedir ayuda para abordar las condiciones mentales que lo generaron.

6. El perdón como herramienta para liberar el miedo.

El perdón en UCDM no es perdonar a alguien por algo que "hizo mal", sino reconocer que no hay pecado y que la percepción de ataque o separación es una ilusión. Al perdonar a otros y a nosotros mismos, liberamos las quejas y juicios que alimentan el miedo, y elegimos ver el amor donde antes veíamos miedo.

7. Los milagros como un cambio de percepción.

Un milagro, según UCDM, es un cambio de percepción, del miedo al amor. Cuando dejamos de darle poder a los pensamientos de miedo y elegimos la guía del amor, los milagros ocurren naturalmente como expresiones de amor. Esto significa que podemos pasar de una mente que juzga y teme a una mente que comprende y ama.

En resumen, "Un Curso de Milagros" nos invita a ver el miedo como una señal de que estamos eligiendo la perspectiva del ego en lugar de la del amor. La clave para liberarnos del miedo radica en cambiar nuestra mente, perdonar y recordar nuestra verdadera naturaleza como extensiones del amor.

 

LA MENTE DUAL

En "Un Curso de Milagros" (UCDM), el pensamiento dual se refiere a la forma de percibir la realidad que está basada en la separación y la división. Es la base de nuestro mundo tal como lo experimentamos, un mundo donde existen opuestos como:
  Bien y mal: Creemos que hay cosas inherentemente buenas y otras inherentemente malas.
 Amor y miedo: Consideramos que el miedo es lo opuesto al amor.
  Mente y cuerpo: Pensamos que la mente y el cuerpo son entidades separadas.
  Yo y los demás: Nos percibimos como individuos separados del resto del mundo.
  Pecado y culpa: Creemos que hemos cometido errores que merecen castigo y generan culpa.
Características del Pensamiento Dual según UCDM
  Fundamento de la ilusión: Para UCDM, el pensamiento dual es la raíz de la ilusión de este mundo. Se basa en la creencia fundamental de que nos hemos separado de Dios (la Unidad) y, a partir de esa separación original, hemos construido un universo de opuestos.
  El ego como su creador: El Curso enseña que el ego, la parte de nuestra mente que cree en la separación, es el artífice del pensamiento dual. El ego necesita la dualidad para existir, ya que su propósito es mantenernos sintiéndonos separados y, por lo tanto, culpables y temerosos.
  Percepción en lugar de conocimiento: El pensamiento dual opera a través de la percepción, que siempre es interpretativa y, por lo tanto, distorsionada. A diferencia del conocimiento (que es la verdad unificada de Dios), la percepción es limitada y nos muestra un mundo fragmentado.
  Base del sufrimiento: Todas las formas de conflicto, dolor y sufrimiento que experimentamos en este mundo son, según UCDM, el resultado directo del pensamiento dual. Cuando percibimos separación, juzgamos, atacamos y nos defendemos, perpetuando así el ciclo de sufrimiento.
  El lenguaje de la separación: El Curso utiliza términos duales (como ego y Espíritu Santo, ilusión y realidad) porque es el lenguaje que entendemos en nuestro estado actual de separación. Sin embargo, el objetivo final es trascender esta forma de pensar.
¿Cómo trascender el Pensamiento Dual?
UCDM no busca que neguemos la existencia de los opuestos en nuestra experiencia actual, sino que nos demos cuenta de que son ilusorios y carecen de realidad en un nivel más profundo. La clave para trascender el pensamiento dual es el perdón.
El perdón, en el contexto de UCDM, no es excusar una ofensa real, sino reconocer que no hubo una ofensa real en primer lugar porque la separación es una ilusión. Al perdonar, elegimos ver la unidad más allá de la ilusión de la separación, alineando nuestra mente con la verdad del amor y la unidad, que es la única realidad.
En resumen, el pensamiento dual en "Un Curso de Milagros" es la mentalidad que divide la realidad en opuestos, creando un mundo de ilusiones, conflictos y sufrimiento. El Curso nos guía a través del perdón para deshacer esta forma de pensar y retornar a la conciencia de la unidad y el amor. Que

Desde el amor a mí padre

Sanar la herida de la ausencia de mi padre biológico es un camino profundo y significativo para mí. Aquí te comparto cómo estoy abordando este proceso para curar a mi niño interior:

1. Reconozco y valido mis sentimientos

Es fundamental para mí permitirme sentir y aceptar todas las emociones asociadas con la ausencia de mi padre. Esto incluye la tristeza, la ira, el abandono, la confusión y el anhelo. Sé que no hay sentimientos “correctos” o “incorrectos”.

   Escribo un diario: Expresar mis pensamientos y emociones por escrito me resulta muy liberador.

   Hablo con alguien de confianza: Compartir mis sentimientos con un amigo, familiar o terapeuta me ayuda a sentirme menos solo.

2. Entiendo el impacto en mi niño interior

Sé que la ausencia paterna dejó huellas en mi infancia que aún me afectan hoy. Mi niño interior puede sentirse abandonado, no amado o inseguro.

   Identifico patrones de comportamiento: Me pregunto si hay situaciones en mi vida adulta donde siento la misma inseguridad o miedo al abandono. Reconocer estos patrones es el primer paso para cambiarlos.

   Visualizo a mi niño interior: Cierro los ojos e imagino a mi yo más joven. Le pregunto qué necesita, qué siente y qué le gustaría haber recibido de su padre.

Dado que mi padre biológico no pudo llenar ese rol como lo necesitaba, ahora puedo empezar a dármelo a mí mismo.

3. Exploro la narrativa de mi padre y la mía.

   Investigo si es posible: Si es apropiado y seguro, podría buscar información sobre su vida o sus razones. Esto no es para perdonar, sino para comprender mejor el contexto.

   Redefino mi historia: No soy la ausencia de mi padre. Soy el resultado de mis propias experiencias y mi capacidad para sanar y crecer. Reconozco mi fuerza y resiliencia.

   Terapia Cognitivo-Conductual (TCC): Me ayuda a identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos.

   Psicoterapia psicodinámica: Exploro cómo las experiencias pasadas, incluyendo las relaciones tempranas, afectan mi presente.

4. Practico el perdón (cuando es apropiado para mí)

El perdón no significa condonar las acciones de mi padre, ni olvidar el dolor. Es un acto de liberación para mí mismo, para soltar el resentimiento y el dolor que me atan al pasado.

   Me perdono a mí mismo: A veces, mi niño interior se culpa por la ausencia del padre. Reconozco que no fue mi culpa.

   Considero una carta de liberación: Escribo una carta a mi padre expresando todo lo que siento, sin la intención de enviarla. La quemo o la rompo después como un acto simbólico de liberación.

5. Encuentro figuras paternas positivas

Aunque mi padre biológico no estuvo presente, busco modelos masculinos saludables en mi vida, como tíos, abuelos, mentores o amigos. Estas relaciones me ayudan a reescribir la narrativa de lo que significa tener una figura paterna.

Sé que sanar es un proceso, no un destino. Habrá días buenos y días desafiantes. Soy paciente y amable conmigo mismo en este viaje

 

 

Un Mensaje de Un Curso de Milagros para Quienes No Se Valora

Una persona que no se valora, que siente miedo e inferioridad, y cree que no hace nada bien, está experimentando lo que Un Curso de Milagros llamaría el "ego" en acción. El Curso enseña que estos sentimientos de falta y deficiencia son ilusiones, productos de una mente que se ha separado de su verdadera identidad.

Lo que Un Curso de Milagros le diría a esa persona se puede resumir en los siguientes puntos clave:

   No eres lo que crees ser: El Curso enfatiza que tu verdadera identidad es el Cristo, que es el Hijo perfecto de Dios. Eres amor, completo, inocente y valioso. La idea de que eres inferior o incapaz es una invención del ego, una "pequeña idea loca" que no tiene fundamento en la realidad.

    El miedo es una ilusión: El miedo surge de la creencia en la separación. Si crees que estás separado de Dios y de los demás, te sentirás vulnerable y asustado. Un Curso de Milagros te invita a reconocer que el amor es la única realidad, y donde hay amor, no puede haber miedo. El miedo es la ausencia de amor, no una fuerza en sí misma.

   Tu valor es intrínseco e inmutable: No necesitas hacer nada para "ganar" tu valor. Naciste valioso. Tu valor no depende de tus logros, tus errores, la opinión de los demás o tu desempeño. Es un regalo de Dios y es eterno.

   Perdón como camino a la liberación: La forma de superar estos sentimientos de indignidad es a través del perdón. Pero no se trata de perdonar a otros por lo que crees que te han hecho, sino de perdonar la ilusión de que eres un ser separado y defectuoso. Es perdonarte a ti mismo por haber creído en el ego y sus falsas promesas. Al perdonar, liberas la mente de la culpa y abres espacio para recordar tu verdadera naturaleza.

   Eres perfectamente amado: Un Curso de Milagros insiste en que eres amado incondicionalmente por Dios. No hay nada que puedas hacer para que Dios te ame más o menos. Este amor es constante y eterno, y recordarlo es el camino hacia la paz y la autoestima.

   Tu propósito es extender el amor: Cuando recuerdas quién eres, tu propósito deja de ser la búsqueda de aprobación o la demostración de tu valía. En cambio, se convierte en extender el amor que eres al mundo. Al dar amor, lo recibes y experimentas tu plenitud.

En esencia, Un Curso de Milagros le diría a esa persona: "Despierta de la pesadilla del ego y recuerda la gloriosa verdad de quién eres. Eres un ser completo, amado, inocente y valioso, creado a imagen y semejanza del Amor. Permite que el amor de Dios sane tu mente y te libere de la ilusión de la escasez y el miedo.

Aplicar las enseñanzas de Un Curso de Milagros en la vida diaria es un proceso de reentrenamiento mental que requiere práctica constante y una verdadera disposición a ver las cosas de manera diferente. No es una solución rápida, sino un camino de transformación interna.

Aquí te presento algunas maneras prácticas de integrar sus principios, especialmente para alguien que lucha con la falta de valoración personal, el miedo y la inferioridad:

   Observa y Cuestiona tus Pensamientos (La Mente Recta)

El primer paso es volverte un observador de tu propia mente. El Curso te pide que no te identifiques con tus pensamientos de miedo o inferioridad, sino que los observes.

   Ejercicio: Durante el día, cada vez que notes un pensamiento de autocrítica ("No sirvo para esto", "Soy un fracaso", "Soy menos que los demás"), detente un momento. En lugar de creerlo automáticamente, pregúntate: "¿Es esto realmente cierto? ¿Es esta la verdad acerca de quién soy, o es una idea que aprendí y que me hace sentir mal?"

  Reemplazo consciente: Una vez que identifiques un pensamiento de ego, elígelo conscientemente para reemplazarlo con una verdad del Curso. Por ejemplo, si piensas "No soy lo suficientemente bueno", puedes decirte: "Soy el santo Hijo de Dios, completo y perfecto tal como Dios me creó." Repite esta afirmación mentalmente o en voz alta.

   Practica el Verdadero Perdón

El perdón en el Curso no es excusar el comportamiento de alguien, sino reconocer que no hay pecado, solo errores ilusorios. Para la falta de valoración personal, el perdón se aplica a ti mismo.

    Perdonar la ilusión de la separación: Cuando sientes que no vales, estás creyendo en la ilusión de que te has separado de tu Fuente de Amor.

     Ejercicio: Elige una situación en la que te sientas inferior o creas que has "fallado". En lugar de juzgarte, reconoce que tu percepción está distorsionada por el ego. Puedes decirte: "Perdono mi creencia de que soy indigno o defectuoso. Reconozco que esto es una ilusión y que mi verdadera identidad es el Amor."

     Extender el perdón a otros: Recuerda que si ves "errores" o "culpas" en otros, en realidad estás proyectando tus propias creencias de falta. Al perdonar a los demás por sus supuestas "faltas", en realidad te estás perdonando a ti mismo por la creencia en la separación.

   Los tres pasos del perdón:

     Identifica la causa del problema: Es tu mente, que ha elegido al ego en lugar del Espíritu Santo (o la voz del Amor/Verdad).

      Deja ir esa causa: Suelta el pensamiento de juicio, culpa o miedo que te causa malestar. Reconoce que no es real.

     Acepta el reemplazo: Permite que la paz y el amor que son tu verdadera naturaleza ocupen ese espacio liberado en tu mente.

 . Afirma tu Identidad Verdadera (El Cristo en ti)

El Curso insiste en que eres el Hijo de Dios, el Cristo, puro y completo. Esta es la base de tu autoestima.

   Ejercicio diario de identidad: Dedica unos minutos cada día, preferiblemente por la mañana y por la noche, para meditar sobre tu verdadera identidad. Puedes usar afirmaciones como:

     "Soy el Santo Hijo de Dios. Mi valía es inmutable."

     "Soy perfecto tal como Dios me creó."

     "Soy amor, y el miedo no tiene cabida en mí."

     "Mi Ser es inalterable, más allá del cuerpo y del mundo."

    Ver a Cristo en los demás: Un ejercicio poderoso es intentar ver la luz, la inocencia y el Cristo en cada persona que encuentres, incluso en aquellas que te resulten difíciles. Esto refuerza la idea de que si está en ellos, también está en ti, porque todos somos uno.

   Reconoce que el Miedo es Irreal

El miedo, la inferioridad y la culpa son, según el Curso, simplemente la ausencia de amor. No tienen una realidad propia.

   Ejercicio de "Yo estoy en mi hogar": Cuando sientas miedo o ansiedad, recuérdate a ti mismo la Lección 160: "Yo estoy en mi hogar. El miedo es el que es un extraño aquí." Repítelo y siente la verdad de que el miedo es una intrusión, no parte de tu ser esencial.

   Elegir el amor en lugar del miedo: Ante cualquier situación que te cause ansiedad, haz una elección consciente. Di: "Elijo el amor en lugar del miedo." Esto no niega la emoción, sino que redirecciona tu enfoque y tu energía.

   Vive en el Momento Presente

La culpa por el pasado y la ansiedad por el futuro son fabricaciones del ego. La paz y la sanación solo pueden experimentarse en el ahora.

   Ejercicio de la atención plena: Cuando tu mente divague hacia arrepentimientos pasados o preocupaciones futuras, tráela suavemente de vuelta al presente. Concéntrate en tu respiración, en lo que ves o escuchas a tu alrededor. Recuerda que "El presente es la única realidad. Elijo estar completamente aquí, ahora."

   

La aceptación de la realidad

 La aceptación de la realidad es un concepto fundamental que difiere radicalmente de la percepción común de la realidad. El Curso enseña que la verdadera realidad es la que fue creada por Dios: un estado de unidad, amor y perfección, donde no hay separación, pecado, culpa ni miedo. Esta realidad es eterna, inmutable y es lo que somos en esencia.

Sin embargo, desde la perspectiva del Curso, el mundo que percibimos con nuestros sentidos físicos es una ilusión, una proyección de la mente que se ha "separado" de Dios. Esta ilusión se basa en el ego, el sistema de pensamiento que cree en la individualidad, la escasez y la dualidad (bien y mal, ataque y defensa).

La aceptación de la realidad, según "Un Curso de Milagros", implica:

   Reconocer que la voluntad de Dios es la única realidad posible: El Curso enfatiza que la Voluntad de Dios ya es posible y que nada más lo será. Esto significa que la verdadera realidad es intrínsecamente buena y amorosa, y cualquier cosa que parezca amenazante o temible no es real.

   Dejar de distorsionar la realidad: Experimentamos ansiedad, depresión y pánico cuando intentamos distorsionar la realidad, creyendo en las ilusiones del ego. La aceptación se logra dejando de intentar hacer que la realidad sea algo que no es.

   Mirar hacia adentro para encontrar la verdad: Cuando sentimos estas emociones negativas, el Curso nos insta a no buscar la verdad fuera de nosotros, sino a mirar dentro. La verdad, que es el Cristo en nosotros (nuestra verdadera naturaleza), es donde encontramos la realidad.

   Comprender que el miedo a Dios es en realidad miedo a nuestra propia realidad: El Curso explica que el miedo a la Voluntad de Dios es una de las creencias más extrañas de la mente, ya que la realidad solo puede sostener la verdad. Si percibimos la Voluntad de Dios como algo temible, es porque tenemos miedo de lo que realmente somos.

   La voluntad del ego no es nuestra verdadera volunta: Nuestra verdadera voluntad es la misma que la de Dios. El ego se opone a esta voluntad, y lo que parece ser miedo a Dios es en realidad miedo a nuestra propia realidad.

   El mundo es una proyección de nuestra mente: El Curso sostiene que el mundo que experimentamos es una proyección de nuestros propios pensamientos y creencias. Al cambiar nuestra mente de la percepción basada en el miedo a la visión basada en el amor (a través del Espíritu Santo), nuestra experiencia del mundo cambia.

   El perdón como clave para la aceptación: El perdón en "Un Curso de Milagros" no se trata de excusar un comportamiento, sino de liberar juicios y ver la verdad en los demás (y en nosotros mismos). Es un cambio de percepción que nos permite soltar la creencia en el pecado y la culpa, y reconocer la inocencia inherente.

En resumen, la aceptación de la realidad en "Un Curso de Milagros" es un proceso de desaprender las ilusiones del ego y recordar nuestra verdadera identidad como Hijos de Dios, que son uno con Él y con toda la creación. Se trata de permitir que el Espíritu Santo guíe nuestra percepción para ver el mundo con la visión de Cristo, reconociendo que solo el amor es real y que el miedo y la separación son ilusiones.

 

 

La confusión entre dicha y dolor

En "Un Curso de Milagros" (UCDM), la confusión entre dicha y dolor es un tema central que se aborda como una de las principales ilusiones de la mente egoica. El Curso enseña que, en realidad, la dicha es nuestro estado natural y lo único que es real, mientras que el dolor es una ilusión creada por la mente como consecuencia de la creencia en la separación de Dios y de nuestros hermanos.

La raíz de la confusión

UCDM explica que esta confusión surge de la creencia en el ego. El ego es un sistema de pensamiento basado en la separación, la culpa y el miedo. Cuando nos identificamos con el ego, percibimos el mundo a través de sus lentes distorsionadas, lo que nos lleva a:

   Confundir el ataque con la defensa: Creemos que necesitamos defendernos, y en ese proceso, atacamos, lo que inevitablemente genera dolor.

   Valorar el sufrimiento: El ego nos convence de que el sacrificio y el sufrimiento son necesarios para obtener "felicidad" o "salvación", cuando en realidad son lo opuesto a la dicha.

   Negar nuestra verdadera identidad: Al creer que somos cuerpos separados y vulnerables, negamos nuestra identidad como Hijos de Dios, que son espíritu puro, invulnerables y completos. Esta negación es la fuente de todo dolor.

   Proyectar la culpa: Atribuimos el dolor a causas externas en lugar de reconocer que proviene de nuestros propios pensamientos de separación y no-perdón.

La dicha como nuestra verdadera Voluntad

El Curso enfatiza que la Voluntad de Dios para nosotros es la dicha perfecta. Si no experimentamos esa dicha, es porque estamos eligiendo la separación y negando nuestra verdadera Voluntad, que compartimos con Él. La dicha es inherente a nuestra creación, y cualquier experiencia de dolor es un "error" de percepción que puede ser deshecho.

El papel del Espíritu Santo y el milagro

Para deshace esta confusión, UCDM nos invita a recurrir al Espíritu Santo. Él es la Voz de Dios en nuestra mente, que nos ayuda a distinguir entre la verdad (dicha) y la ilusión (dolor). El milagro en UCDM no es un evento sobrenatural que viola las leyes naturales, sino un cambio de percepción; un momento en el que elegimos ver con los ojos del Espíritu Santo en lugar de los del ego. Al ofrecer y aceptar milagros, aprendemos a diferenciar entre el dolor y la dicha.

   El perdón: Es la herramienta principal para deshacer esta confusión. Perdonar, según UCDM, no significa condonar el error, sino reconocer que lo que parecía doloroso o dañino era solo una ilusión de la mente separada. Al perdonar, liberamos la culpa y abrimos nuestra mente a la verdad de la dicha.

   La mente recta: Es el estado de la mente que ha elegido al Espíritu Santo como su Guía. En este estado, la confusión entre dicha y dolor desaparece, y solo experimentamos la paz y la felicidad.

En resumen, "Un Curso de Milagros" nos enseña que el dolor es una manifestación de la mente separada y egoica, mientras que la dicha es el resultado natural de nuestra verdadera identidad en unión con Dios. La confusión entre ambos es una ilusión que se deshace a través del perdón y el cambio de percepción guiado por el Espíritu Santo.

EJEMPLO ACEPTACIÓN DE LA REALIDAD

Estás trabajando en un proyecto importante con un colega, y hay un desacuerdo fundamental sobre la dirección que debe tomar. Te sientes frustrado, enojado y crees que tu colega está siendo terco o equivocado. Piensas: "¡Esto es un problema enorme! Mi colega está arruinando el proyecto y mi trabajo".

Percepción del ego (sin aceptación de la realidad del Curso):

  Te enfocas en lo que tu colega "está haciendo mal".

   Sientes que eres una víctima de la situación.

  Piensas en cómo defender tu posición y atacar la de tu colega.

  La emoción dominante es la ira, la frustración y el miedo al fracaso del proyecto.

  La "realidad" que percibes es la de un conflicto irreconciliable y una amenaza a tu éxito.

Aplicación de la aceptación de la realidad según "Un Curso de Milagros":

  Reconocer que la situación es una proyección: En lugar de ver el desacuerdo como una realidad externa que te está atacando, el Curso te invita a reconocer que esta percepción de conflicto es una proyección de tu propia mente. Es decir, la creencia en la separación, la culpa y el ataque dentro de ti se manifiesta en la situación. No es que tu colega sea el problema, sino que tu mente está percibiendo un problema.

   Identificar la emoción subyacente (miedo, no amor): Te das cuenta de que la ira y la frustración son manifestaciones del miedo. Miedo a no ser valorado, miedo a no tener éxito, miedo a la escasez de ideas, etc. El Curso enseña que donde hay miedo, no hay amor, y por lo tanto, no hay realidad.

   Elegir un maestro diferente: el Espíritu Santo: En lugar de dejarte guiar por el ego (que te dice que ataques o te defiendas), eliges invocar al Espíritu Santo como tu guía. Esto significa estar dispuesto a ver la situación de otra manera, con una mente abierta y receptiva a una solución amorosa.

   Practicar el perdón (cambio de percepción): No se trata de decir "perdono a mi colega por ser terco". Se trata de perdonar la ilusión del conflicto en tu propia mente. Esto implica:

        Reconocer la inocencia inherente: Entender que tu colega, al igual que tú, está haciendo lo mejor que puede desde su propia percepción, y que cualquier "ataque" es en realidad una petición de amor.

    Soltar el juicio: Dejar de etiquetar la situación como "mala" o a tu colega como "equivocado".

        Ver más allá de las formas: Entender que la verdadera realidad es la unidad y la comunicación amorosa, no la separación y el conflicto.

  Abrirse a una nueva solución: Al soltar la percepción de conflicto, abres espacio para que surja una solución inspirada por el Espíritu Santo. Esto podría manifestarse como una idea creativa que satisface a ambos, una conversación sincera donde ambos escuchan, o incluso la comprensión de que el proyecto no es lo más importante en ese momento.

Resultado de la aceptación de la realidad:

    La emoción predominante cambia del miedo a la paz.

   La percepción del "problema" se disuelve, transformándose en una oportunidad para el aprendizaje y la unión.

    La relación con tu colega mejora, o al menos el conflicto deja de ser una fuente de sufrimiento para ti.

   Comprendes que la verdadera realidad es la unidad y que el conflicto era una ilusión generada por tu propia mente.

En este ejemplo, la aceptación de la realidad no significa negar que el desacuerdo existe a nivel de la forma, sino negar su poder para definirte o para ser la verdad última. Es un cambio radical de perspectiva que te permite experimentar paz incluso en medio de lo que el mundo llamaría un "problema".

La curación como reconocimiento de la verdad

En Un Curso de Milagros, la curación se entiende fundamentalmente como el reconocimiento de la verdad. No se trata de una curación física en el sentido tradicional, aunque a menudo esta pueda ser una consecuencia. Más bien, la curación es un cambio de percepción, un retorno a la conciencia de nuestra verdadera naturaleza y la de los demás.
La Verdad como Totalidad y Unidad

En UCDM, la verdad se define como la unidad y la totalidad de la Creación de Dios. Esto significa que la separación, el conflicto, la enfermedad y la muerte son ilusiones. La única realidad es el Amor perfecto de Dios y la perfecta e inmutable naturaleza de Su Hijo (la creación, es decir, nosotros).
La Enfermedad como una Percepción Falsa
La enfermedad, el sufrimiento y cualquier tipo de "problema" en el mundo son vistos en UCDM como manifestaciones de la creencia en la separación del ego. Creemos que estamos separados de Dios y de los demás, y esta creencia fundamental genera culpa, miedo y una percepción distorsionada de la realidad. Cuando proyectamos esta culpa y miedo, percibimos un mundo de enfermedad, carencia y ataque.
La Curación como Corrección de la Percepción
La curación, por lo tanto, no es algo que Dios tenga que hacer por nosotros, ya que Él nos conoce como perfectamente íntegros. La curación es nuestra tarea de reconocer la verdad que ya existe. Es un proceso de deshacer la creencia en la separación y sus efectos a través de la corrección de la percepción.
  El Espíritu Santo como Guía: El Espíritu Santo es la "Voz de Dios" en nuestra mente, que nos recuerda la verdad de nuestra unidad y la de nuestros hermanos. Él nos guía a ver más allá de las ilusiones del ego.
  Perdonar para Recordar: El perdón en UCDM no es perdonar un "pecado" real, sino perdonar la ilusión de la separación y la culpa que creemos que existe en nosotros y en los demás. Al perdonar, liberamos nuestra mente de las proyecciones del ego y comenzamos a recordar la verdad.
  Milagros como Cambios de Percepción: Los milagros son cambios en la percepción. Son la suspensión de la "leyes" del ego que rigen el mundo ilusorio, y el reconocimiento de las leyes de Dios (el Amor). Un milagro nos permite ver la inocencia detrás de la apariencia de culpa, la unidad detrás de la apariencia de separación.
Consecuencias de Reconocer la Verdad
Al reconocer la verdad de nuestra unidad, el miedo, la culpa y la enfermedad que surgían de la creencia en la separación comienzan a disolverse. La curación mental es la verdadera curación, y a menudo, el cuerpo, al ser solo un efecto de la mente, se cura automáticamente cuando la mente es sanada.
En resumen, la curación en "Un Curso de Milagros" es un despertar a lo que siempre ha sido verdad: nuestra perfecta unidad e inocencia como creación de Dios. Es un proceso interno de recordar y aceptar la verdad que ya reside en nosotros, permitiendo que la percepción distorsionada del ego dé paso a la visión clara del Amor.

Liberarnos de los miedos

Según "Un Curso de Milagros", la liberación de los miedos es un objetivo fundamental. 
 El miedo como ilusión: El Curso enseña que el miedo no es real, sino una ilusión creada por la mente egoica, basada en la creencia en la separación. La única realidad es el amor.
 La elección entre miedo y amor: En cada momento, elegimos entre percibir a través del miedo o a través del amor. El miedo nos muestra un mundo de separación, ataque y vulnerabilidad, mientras que el amor nos revela la unidad, la paz y la seguridad.
 El perdón como herramienta: El perdón es la clave para deshacer el miedo. No se trata de perdonar las acciones de otros, sino de reconocer que nuestra percepción de esas acciones estaba equivocada. Al perdonar, liberamos nuestra mente de juicios y resentimientos, permitiendo que el amor entre en nuestra conciencia.
 El papel del Espíritu Santo: El Espíritu Santo es la voz del amor y la guía interna que nos ayuda a deshacer las ilusiones del ego y a elegir el perdón en lugar del miedo. Podemos recurrir a Él para que nos muestre otra manera de ver las situaciones.
 Sanación de la mente: El objetivo del Curso es la sanación de la mente. Al liberar el miedo, experimentamos la paz que es nuestra realidad inherente.

Lo que es dentro es afuera y lo que es afuera es dentro

Significa que lo que experimentamos en el mundo exterior es un reflejo de nuestro estado interior. Si sientes paz interior, verás paz a tu alrededor. Si sientes miedo o enfado, eso es lo que verás reflejado.

LA EXPIACIÓN 

La Expiación en Un Curso de Milagros es la corrección de la creencia en la separación. Es el medio por el cual deshacemos la ilusión de que estamos separados de Dios y de nuestros hermanos.
En esencia, la Expiación nos recuerda que el "pecado" (entendido como el error de percibirnos separados) nunca ocurrió realmente. Es la manera en que la mente aprende a percibir correctamente, reconociendo nuestra unidad inherente y nuestra inocencia.

TODOS ESTAMOS CONECTADOS Y TODOS SOMOS UNO

 

En el Curso, esta unidad se basa en nuestra identidad compartida como Hijos de Dios, creados por el mismo Amor. La separación que experimentamos en este mundo es vista como una ilusión de la mente egoica, que nos hace percibirnos como individuos separados.

Al reconocer nuestra conexión inherente y nuestra unidad con Dios y con todos nuestros hermanos, podemos deshacer las ilusiones del ego y experimentar la paz y el amor que son nuestra verdadera naturaleza.

 Imagina que en lugar de ver el mundo como muchas cosas separadas (tú, yo, los árboles, las estrellas), pensamos que todo surge de una única fuente, como si fuera un océano inmenso.

  La conexión: Cada uno de nosotros sería como una ola en ese océano. Aunque cada ola parece individual y separada por un momento, en realidad todas están hechas de la misma agua y son parte del mismo océano. No hay una separación real entre una ola y otra, o entre una ola y el océano. Están intrínsecamente conectadas.

  Ser Uno: Si profundizamos más, nos damos cuenta de que la "agua" de la que están hechas todas las olas es la misma. No hay diferentes tipos de agua para cada ola. De la misma manera, según el Curso, en nuestro nivel más fundamental, todos compartimos la misma "esencia" o "conciencia" proveniente de esa única Fuente (que el Curso llama Dios). Por lo tanto, en ese nivel más profundo, no somos entidades separadas, sino expresiones diferentes de lo mismo.

La ilusión de separación surge cuando nos enfocamos en la forma individual de la "ola" (nuestro cuerpo, nuestra personalidad, nuestras experiencias separadas) y olvidamos que todos compartimos la misma "agua" (nuestra naturaleza espiritual unificada).

 

 

 

EL ABANDONO

 

Mi hermana,queriéndome ayudar como siempre,a salir del hoyo en el que me encuentro,me pidió que me preguntara porque escogí a mi madre antes de nacer, que tenía que enseñarme mi madre en esta vida?

Y como no había sabido encontrar la respuesta ,me dijo mi hermana:_ si te das cuenta, has repetido patrón con tu exmarido.

¿Que tienen en común mi madre y mi exmarido?

Pensando, pensando creo que la respuesta es el abandono, y la indiferencia ¿Puede ser?.

Ahora toca perdonarme, y como lo hago?

Según UCDM, sería así.

En Un Curso de Milagros, el perdón es la clave para deshacer la ilusión de separación, que es la raíz de todo sufrimiento, incluyendo el sentimiento de abandono. Desde la perspectiva del Curso, el abandono no es algo que se te hace, sino una interpretación errónea de la realidad que surge de la creencia en la separación de Dios y de tus hermanos.

Aquí te explico cómo el perdón aborda el sentimiento de abandono según Un Curso de Milagros:

 El abandono como una ilusión: El Curso enseña que la separación de Dios es imposible. Eres una extensión de Dios, y él está siempre contigo. Por lo tanto, cualquier sentimiento de abandono es una ilusión creada por la mente egoica, que se basa en el miedo y la culpa.

  El papel del ego: El ego te hace creer que eres un ser separado y vulnerable, susceptible al abandono. Te impulsa a buscar amor y seguridad fuera de ti mismo, en relaciones especiales que inevitablemente te decepcionarán y reforzarán la sensación de abandono.

  El perdón como liberación: El perdón, tal como lo presenta el Curso, no es perdonar las acciones de otros como si fueran reales, sino reconocer que sus acciones (y tus interpretaciones de ellas) se basan en la misma ilusión de separación. Al perdonar, liberas a los demás y a ti mismo de la culpa y el miedo que sostienen la ilusión de abandono.

  Ver la inocencia: El perdón te ayuda a ver más allá del comportamiento y a reconocer la inocencia esencial de todos. Entiendes que las acciones hirientes provienen de una mente confundida, no de una maldad intrínseca. Al ver la inocencia, dejas de percibirte a ti mismo y a los demás como víctimas y victimarios.

  Aceptar la Expiación: La Expiación es la corrección de la creencia en la separación a través del Espíritu Santo. El perdón es la herramienta que te permite aceptar la Expiación para ti mismo. Al perdonar, permites que el Espíritu Santo deshaga las ilusiones de tu mente y te recuerde tu unidad con Dios y con toda la Creación.

  Sanando la mente: El sentimiento de abandono es una condición de la mente. El perdón es el proceso de sanar la mente al liberar los pensamientos de separación y reemplazarlos con pensamientos de unidad y amor. A medida que perdonas, tu percepción cambia y experimentas cada vez más la presencia constante del amor de Dios.

  Dejar ir las necesidades especiales: El Curso te enseña a renunciar a las relaciones especiales basadas en la necesidad y la dependencia, que son caldo de cultivo para el miedo al abandono. En cambio, te guía hacia relaciones santas, basadas en el reconocimiento del Espíritu Santo en cada uno y en el propósito compartido de despertar a la verdad.

En resumen, para Un Curso de Milagros, el perdón del sentimiento de abandono implica reconocer que es una ilusión nacida de la creencia en la separación. A través del perdón, corriges tu percepción, ves la inocencia en ti y en los demás, aceptas la Expiación y sanas tu mente, recordando la verdad de tu unidad inquebrantable con Dios y con todo tu Ser.

 

Aquí te explico los principios clave para entender esta enseñanza: Unidad, perdón, extensión del amor, el milagro dar y recibir

 

1. Cambiar la forma de ver:

Nuestra visión equivocada: Muchas veces vemos el mundo con miedo, asociamos culpa y sentimos que estamos separados de los demás. Esto nos hace interpretar todo de manera negativa y reaccionar con desconfianza o egoísmo.

El milagro como un cambio: Un milagro no es magia. Es simplemente un cambio en cómo ves una situación, a alguien o a ti mismo. Al elegir ver con amor en vez de miedo, todo cambia.

Ejemplo: Si alguien te dice algo que te parece una crítica, puedes sentirte herido o molesto al principio. Un milagro sería decidir ver la situación diferente: tal vez esa persona se expresó mal o no quiso hacerte daño. Este cambio te ayuda a soltar las emociones negativas y responder con calma y comprensión.

Es algo interno: Cambiar tu percepción no significa cambiar lo que pasa afuera, sino cambiar cómo lo interpretas. Eso empieza dentro de ti.

2. Actos de amor:

El amor es esencial: Según este principio, el amor es la base de todo. El miedo y las emociones negativas son ilusiones que nos alejan de esta verdad.

El milagro como muestra de amor: Los milagros son expresiones de amor puro. Son una forma de recordar que, en verdad, solo el amor importa.

Más allá de lo físico: A veces los milagros parecen romper las reglas del mundo físico, pero no se trata de magia, sino de ver la vida desde un nivel más profundo, donde el amor tiene más poder que cualquier otra cosa.

Ejemplo: Un acto de bondad como ayudar a alguien sin esperar nada a cambio puede tener un impacto increíble en su vida. No desafía las leyes físicas, pero transforma una situación gracias al poder del amor.

3. Perdón:

Perdonar para soltar: Aquí, perdonar no es absolver a alguien, sino liberarte del peso del rencor y el dolor. Aferrarte a las heridas solo prolonga el sufrimiento.

El perdón y los milagros: El perdón es esencial para los milagros porque limpia la mente de resentimientos y abre espacio para el amor y la paz.

Perdonar ideas erróneas: No siempre perdonamos acciones concretas; a veces necesitamos perdonar cómo interpretamos esas acciones y los sentimientos negativos que hemos acumulado.

Ejemplo: Si guardas rencor por algo que alguien te hizo, ese resentimiento te afecta más a ti que a la otra persona. Decidir perdonar no significa que lo que pasó estuvo bien, sino que eliges soltar ese peso y abrirte a una nueva perspectiva de paz.

4. Unidad:

La idea de separación: Creer que estamos separados de los demás y de Dios es la raíz de nuestros miedos y sufrimientos.

El milagro nos recuerda la conexión: Los milagros nos ayudan a ver que estamos profundamente conectados con todo lo que existe. Esto disuelve la idea de estar solos o aislados.

Todo está conectado: Lo que hacemos a otros nos lo hacemos a nosotros mismos porque todos estamos unidos en el mismo espíritu.

Ejemplo: Cuando sientes empatía profunda por alguien, es un recordatorio de que estamos conectados. Un acto de servicio sincero también muestra esta unidad, ya que el bienestar de los demás está ligado al tuyo 

Conclusión
Los milagros no son fenómenos extraordinarios, sino cambios en nuestra forma de ver y vivir las cosas. Al elegir el amor sobre el miedo, el perdón sobre el resentimiento y la conexión sobre la separación, invitamos a los milagros a transformar nuestro mundo interior. "Un Curso de Milagros" nos enseña que la paz y la plenitud están a nuestro alcance, aquí y ahora.

Pequeña meditación, para enraizar, 

PLENITUD Y ESPIRITUD

Plenitud y Espíritu en "Un Curso de Milagros": Una Guía para la Transformación Espiritual

En "Un Curso de Milagros" (UCDM), se presentan conceptos profundos que abordan la plenitud y el espíritu, elementos fundamentales para alcanzar un estado de conexión divina y amorosa. A continuación, exploraremos cómo podemos integrar estas enseñanzas en nuestra vida cotidiana y aprender a alimentar nuestro espíritu.

 La Plenitud: Un Estado de Realización

La plenitud en UCDM se refiere a un estado integral de satisfacción y plenitud, donde el individuo no siente carencias emocionales. Esta plenitud se alcanza al reconocer nuestra verdadera esencia como seres espirituales. Cuando nos alineamos con nuestro verdadero ser, comenzamos a experimentar una vida llena de paz y armonía.

 ¿Cómo Se Manifiesta la Plenitud?

- Aceptación Profunda: Aceptar tanto lo bueno como lo malo en nuestras vidas.

- Amor Incondicional: Practicar el amor hacia nosotros mismos y hacia los demás.

- Conexión Espiritual: Establecer un vínculo profundo con lo Divino y con el mundo que nos rodea.

 El Espíritu: Nuestro Verdadero Ser

El espíritu, según UCDM, representa nuestra esencia eterna, inmutable y divinamente conectada. No conoce culpa ni miedo; en cambio, su naturaleza es la unidad, el amor y la paz. Al reconocer y conectar con nuestro espíritu, podemos experimentar milagros: transformaciones de nuestra percepción que nos llevan de la separación a la reconciliación y la paz interior.

 La Relación entre Ego y Espíritu

La dualidad entre el ego y el espíritu es fundamental para entender nuestras experiencias diarias:

1. Oposición: El ego se basa en la ilusión de separación, mientras que el espíritu celebra la unidad.

2. Transformación: El curso enseña que al practicar el perdón y liberarnos de creencias limitantes, podemos transformar nuestra mente y reconectar con nuestra esencia espiritual.

 Cómo el Ego Nos Afecta en la Vida Cotidiana

El ego puede manifestarse de diversas formas que afectan nuestro bienestar emocional. Algunos ejemplos son:

- Comparación Social: Genera sentimientos de inferioridad o superioridad al compararnos con otros.

- Reacciones Emocionales: Respuestas intensas ante críticas que pueden generar ansiedad o ira.

- Conflictos en Relaciones: Necesidad de tener la última palabra que puede tensar relaciones.

- Miedo al Fracaso: Esto puede paralizarnos y evitar que tomemos riesgos necesarios.

- Dificultad para Perdonar: Mantener rencores que causan carga emocional.

 Alimentando el Espíritu: Prácticas Efectivas

Para fortalecer nuestra conexión espiritual, aquí hay prácticas efectivas que se pueden incorporar en la rutina diaria:

 

Meditación para estar en el aquí y en el ahora.

 1. Meditación  Dedica tiempo a meditar todos los días para calmar tu mente y conectar con tu esencia.

 2. Oración y Reflexión Establece un diálogo con lo Divino, expresando gratitud y buscando orientación.

 3. Lectura Espiritual Estudia textos inspiradores que te brinden nuevas perspectivas sobre la vida y el amor.

 4. Prácticas de Gratitud Cultiva un hábito diario de reconocer y agradecer las pequeñas bendiciones de la vida.

 5. Conexión con la Naturaleza Pasa tiempo al aire libre, conectando con la belleza del mundo natural.

 6. Servicio a los Demás Participa en actividades que ayuden a otros, fomentando un sentido de comunidad y amor.

 7. Movimientos Corporales Conscientes Incorpora yoga o taichí para estar presente en tu cuerpo y liberar tensiones.

 8. Cultivar Relaciones Positivas Rodéate de personas que eleven tu espíritu y sean fuente de inspiración.

 9. Escuchar Música Inspiradora Deja que la música sea un canal de elevación espiritual y alegría.

 10. Autoconocimiento y Autoaceptación Dedica tiempo a conocerte mejor y aceptar todos los aspectos de ti mismo.

 Ejercicios de Gratitud Para Integrar en Tu Vida Diaria

Incluir ejercicios de gratitud puede fortalecer tu conexión espiritual y mejorar tu bienestar emocional:

- Diario de Gratitud: Escribe diariamente tres cosas por las cuales estás agradecido.

- Ritual de Gratitud Matutina: Reflexiona sobre cinco cosas cada mañana.

- Gratitud al Final del Día: Anota momentos apreciados antes de dormir.

- Tarjetas de Agradecimiento: Envía notas a quienes han impactado tu vida positivamente.

- Meditaciones de Gratitud: Visualiza agradecimientos mientras meditas.

 Conclusión:

Al implementar estas prácticas y ejercicios, puedes cultivar una vida más plena y consciente, reflexionando la plenitud de tu verdadero ser. "Un Curso de Milagros" nos invita a trascender el ego y abrazar nuestra conexión divina, creando espacios de amor y paz en nuestras vidas

LA ILUSIÓN DE LAS NECESIDADES

Meditación para liberar emociones

 

En "Un Curso de Milagros", la idea de la "ilusión de las necesidades" es fundamental. El Curso enseña que nuestras necesidades, tal como las percibimos en el mundo material, son ilusiones creadas por nuestra mente egoica. Estas necesidades aparentes surgen de la creencia errónea en la separación de Dios y de nuestros semejantes.

Puntos clave sobre la ilusión de las necesidades en "Un Curso de Milagros":

  Origen en la separación: La creencia en la separación genera un sentimiento de carencia y vulnerabilidad. Esto lleva a la mente a inventar "necesidades" para intentar llenar ese vacío y protegerse.

  Naturaleza ilusoria: Estas necesidades no son reales en la verdad de nuestro Ser, que es uno con Dios y totalmente completo. Son construcciones mentales basadas en el miedo y la percepción errónea.

  Ejemplos de necesidades ilusorias: El Curso aborda una amplia gama de necesidades que considera ilusorias, incluyendo la necesidad de:

    Amor y aceptación del mundo: Buscar validación y afecto fuera de nosotros mismos.

    Seguridad y protección: Creer que necesitamos defendernos de un mundo hostil.

    Posesiones materiales: Pensar que la felicidad y la plenitud se encuentran en objetos externos.

    Relaciones especiales basadas en la carencia: Buscar en otros lo que creemos que nos falta.

    Salud física como un fin en sí mismo: El Curso no niega la experiencia del cuerpo, pero enseña que la verdadera sanación es mental y espiritual.

  Propósito del ego: El ego perpetúa la ilusión de las necesidades para mantener su propia existencia. Si creyéramos que somos completos y no necesitamos nada, el ego perdería su poder.

  Necesidades reales: El Curso distingue entre las necesidades ilusorias y la única necesidad real: recordar nuestro Ser verdadero como amor puro, unido a Dios. Una vez que reconocemos esta verdad, las necesidades ilusorias se desvanecen.

  El Espíritu Santo como guía: El Espíritu Santo, la Voz de Dios dentro de nosotros, nos ayuda a discernir entre las ilusiones del ego y la verdad de nuestro Ser. Él nos muestra que nuestra única necesidad es despertar al amor que ya somos.

  El perdón como herramienta: Perdonar las ilusiones, tanto propias como ajenas, es esencial para liberar nuestra mente de la creencia en la carencia y reconocer nuestra plenitud inherente.

En resumen, "Un Curso de Milagros" nos invita a cuestionar profundamente nuestras percepciones de necesidad y a reconocer que la verdadera abundancia y satisfacción se encuentran en nuestra unidad con Dios y con toda la Creación. Al deshacer la ilusión de las necesidades, nos abrimos a experimentar la paz y el amor que son nuestra realidad

 

IMPULSOS MILAGROSOS

En “Un Curso de Milagros”, los impulsos milagrosos son vistos como la expresión del Espíritu Santo dentro de nosotros, guiándonos hacia el amor, el perdón y la sanación. Son inspiraciones puras que provienen de nuestra verdadera naturaleza espiritual, más allá del ego.

Sin embargo, estos impulsos pueden ser distorsionados por la mente egoica. El ego, basado en el miedo, la separación y la culpa, interpreta y utiliza estos impulsos de manera errónea, alejándonos de su propósito original.

Las principales distorsiones de los impulsos milagrosos según el Curso incluyen:

  Confusión con impulsos egoicos: El ego puede disfrazar sus propios deseos de control, venganza, crítica o necesidad especial como “impulsos” importantes o incluso "espirituales". Esto lleva a acciones que no provienen del amor verdadero, sino del miedo y la separación.

  Uso selectivo de los impulsos: Podemos elegir seguir aquellos impulsos que parecen beneficiarnos a nivel personal o que refuerzan nuestras creencias egoicas, mientras que ignoramos o resistimos aquellos que nos llaman al perdón o a la entrega de nuestras ilusiones.

  Interpretación errónea del propósito: El ego puede intentar utilizar los impulsos milagrosos para fines mundanos o para reforzar la ilusión de la realidad material, en lugar de reconocer su verdadero propósito: el despertar espiritual y la curación de la mente.

  Miedo a la vulnerabilidad: Los impulsos milagrosos a menudo nos guían a ser vulnerables, a perdonar y a amar incondicionalmente. El ego, temiendo perder su control y la ilusión de separación, puede resistirse a estos impulsos.

  Confusión con las emociones: El ego puede confundir emociones intensas con impulsos divinos. Mientras que el amor del Espíritu Santo es una paz profunda y gozosa, las emociones del ego suelen estar teñidas de miedo, ansiedad o ira.

  Racionalización y justificación: Cuando actuamos desde el ego, podemos racionalizar nuestras acciones y justificarlas como si fueran “lo correcto” o incluso “un milagro”, distorsionando así el verdadero significado del impulso original.

  Sexualización de los impulsos: El Curso menciona específicamente la distorsión de los impulsos creativos y de unión en impulsos sexuales egoicos, que están ligados a la identificación con el cuerpo y la búsqueda de satisfacción en la separación.

¿Cómo reconocer las distorsiones?

El Curso nos enseña a discernir la voz del Espíritu Santo de la voz del ego a través de nuestros sentimientos. Los impulsos del Espíritu Santo se sienten como paz, alegría, certeza y amor. Los impulsos del ego, en cambio, generan miedo, ansiedad, culpa o resentimiento.

La clave para permitir que los impulsos milagrosos fluyan sin distorsión es:

  Estar dispuesto a renunciar a las creencias del ego.

  Cultivar la quietud mental para escuchar la Voz del Espíritu Santo.

  Estar abierto al perdón y a la visión de Cristo en todos.

  Recordar que el único propósito verdadero es el despertar al amor.

Al reconocer y liberar las distorsiones del ego, permitimos que los verdaderos impulsos milagrosos guíen nuestras vidas hacia la paz y la unidad.

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LA SEPARACION Y LA EXPIACION

 

En "Un Curso de Milagros", la separación y la expiación son dos conceptos centrales e interdependientes que explican la raíz de nuestro sufrimiento y el camino hacia la sanación y la paz.

La Separación:

   El "pecado" original: La separación no se refiere a un acto específico en el tiempo, sino a la creencia errónea en que nos hemos separado de Dios, de nuestra Fuente, y por lo tanto, de toda la Creación. Es la ilusión fundamental de que somos entidades individuales, separadas y vulnerables.

   Origen en la mente: Esta separación ocurrió únicamente en nuestra mente. En la realidad de Dios, la unidad es absoluta e inmutable. La separación es un pensamiento, una idea falsa que hemos aceptado como verdadera.

   Consecuencias de la separación: Esta creencia en la separación genera una serie de ilusiones y experiencias dolorosas:

     Miedo: Al sentirnos separados de nuestra Fuente de amor y seguridad, experimentamos miedo a la pérdida, al ataque y a la muerte.

     Culpa: La mente egoica, al reconocer la "locura" de haber creído en la separación de Dios, experimenta culpa y busca proyectarla en otros.

     Pecado: En el contexto del Curso, el pecado no es una transgresión moral, sino cualquier pensamiento o acción que perpetúa la creencia en la separación.

     Sufrimiento: El miedo y la culpa inevitables de la separación se manifiestan como dolor, ansiedad, enfermedad y conflicto en nuestras vidas.

     Percepción distorsionada: La separación nubla nuestra percepción de la realidad. Vemos un mundo de escasez, peligro y conflicto, en lugar de la unidad y el amor que realmente son.

     Necesidades ilusorias: Para intentar llenar el vacío creado por la separación, inventamos necesidades de amor, seguridad, posesiones, etc., buscando fuera lo que solo podemos encontrar en nuestro interior, recordando nuestra unidad.

La Expiación:

   La corrección de la separación: La Expiación es el plan de Dios para deshacer la ilusión de la separación en nuestra mente. Es el proceso a través del cual recordamos nuestra verdadera identidad como Seres unidos a Dios y a toda la Creación.

   El papel del Espíritu Santo: El Espíritu Santo es la Voz de Dios dentro de nosotros, el puente entre nuestra mente ilusoria y la Mente de Dios. Él es el Agente de la Expiación, guiándonos hacia la verdad y ayudándonos a deshacer las creencias erróneas del ego.

   El perdón como herramienta principal: El perdón, tal como lo enseña el Curso, no es perdonar las acciones de otros como si fueran reales, sino reconocer que nuestras percepciones erróneas son la causa de nuestro sufrimiento. Perdonar es liberar nuestra mente de juicios y resentimientos, reconociendo la inocencia en nosotros y en los demás. Al perdonar, deshacemos la ilusión de separación y experimentamos la unidad.

   El milagro como expresión de la Expiación: Un milagro es un cambio en la percepción, una corrección de la mente que nos libera del miedo y nos acerca a la verdad. Los milagros son la manifestación del Espíritu Santo actuando a través de nosotros para deshacer la ilusión de separación.

   El reconocimiento de la Unidad: La Expiación nos lleva al reconocimiento de que somos uno con Dios y con todos nuestros hermanos. No hay separación real, solo una creencia errónea en ella. Al experimentar esta unidad, se disuelven el miedo y el sufrimiento.

   El final del sufrimiento: La Expiación es el camino hacia la paz interior y la liberación del sufrimiento. Al deshacer la ilusión de separación, recordamos nuestra verdadera naturaleza como amor puro y experimentamos la alegría y la plenitud que son inherentes a nuestro Ser.

En resumen:

La separación es la creencia fundamental en que estamos separados de Dios y de los demás, la raíz de todo miedo y sufrimiento. La Expiación es el plan divino, facilitado por el Espíritu Santo, para corregir esta creencia errónea a través del perdón y el reconocimiento de nuestra unidad. Al elegir la Expiación, deshacemos la ilusión de separación y recordamos nuestra verdadera identidad como Seres de amor y luz, unidos eternamente a Dios.

 

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LA EXPIACIÓN COMO DEFENSA

la expiación se refiere al proceso de reconciliación y perdón que permite a los individuos liberar su mente del miedo y la culpa. Se basa en la comprensión de que el pecado es una ilusión y que el verdadero propósito de la vida es experimentar el amor y la paz. La expiación implica reconocer que todos estamos interrelacionados y que al perdonar a otros, también nos perdonamos a nosotros mismos. Este concepto se utiliza como una defensa espiritual que transforma la percepción del ego y fomenta la conexión con lo divino. El objetivo final es alcanzar la unidad con Dios y restablecer la paz interna del corazón.

EL ALTAR DE DIOS

En "Un Curso de Milagros", el concepto del altar de Dios representa un espacio sagrado dentro de cada persona, donde reside la conexión con lo divino y la verdad. Este altar simboliza la pureza y el amor incondicional que son inherentes al ser humano, y se relaciona con la idea de que todos tenemos un propósito espiritual y un vínculo con Dios.

Según el curso, mantener este altar limpio implica liberar a la mente de pensamientos negativos, juicios y resentimientos, permitiendo así que solo la paz y el amor prevalezcan. Cuando cuidamos nuestro altar, nos alineamos con la verdad y experimentamos milagros en nuestras vidas, transformando nuestra manera de ver el mundo y a nosotros mismos.

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LA EXPIACIÓN COMO DEFENSA

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En "Un Curso de Milagros", la Expiación no se concibe como un castigo o un pago por los pecados, sino como la corrección del error de percepción que originó la creencia en la separación de Dios.

Dentro del marco del Curso, la Expiación funciona como una defensa verdadera en contraposición a las defensas del ego, que solo sirven para reforzar la ilusión de separación y el miedo

  • La Expiación como Corrección, No Castigo: El Curso enfatiza que no hay nada que necesitemos ser castigados porque el pecado, tal como lo entendemos tradicionalmente, no existe en la realidad espiritual. La Expiación es el proceso mediante el cual reconocemos que nuestros errores son simplemente percepciones equivocadas que pueden ser corregidas.
  • Negación de la Ilusión, No de la Realidad: La Expiación como defensa implica negar la realidad de todo aquello que no es amoroso y que nos causa miedo y dolor. No se trata de negar la verdad, sino de negar la validez de las ilusiones del ego. Al negar el poder de las ilusiones para afectarnos, nos protegemos de su influencia.
  • Paz Interior como Protección: Al aceptar la Expiación, permitimos que el Espíritu Santo corrija nuestra mente y nos devuelva a la paz de Dios. Esta paz interior es la verdadera protección, ya que nos hace invulnerables a las perturbaciones del mundo ilusorio.
  • El Perdón como Herramienta de la Expiación: El perdón es la forma práctica en que experimentamos la Expiación. Al perdonar a nuestros hermanos y a nosotros mismos por las ilusiones de separación y ataque, liberamos nuestra mente del resentimiento y el miedo, permitiendo que la Expiación se manifieste en nuestra experiencia.
  • Sanación de la Mente: La Expiación sana la mente al deshacer las creencias erróneas que causan sufrimiento. Al reconocer que nuestros problemas no están fuera de nosotros, sino en nuestra percepción, podemos permitir que la Expiación corrija nuestra manera de pensar y ver el mundo.
  • Unidad como Verdad: La Expiación nos recuerda nuestra unidad inherente con Dios y con toda la Creación. Al aceptar esta verdad, dejamos de vernos como seres separados y vulnerables, y reconocemos nuestra fortaleza en la unidad del Amor Divino.

En resumen, la Expiación en "Un Curso de Milagros" es una defensa poderosa porque corrige la causa del miedo, que es la creencia en la separación. Al aceptar la Expiación a través del perdón y la corrección de nuestra percepción, nos alineamos con la verdad de nuestro Ser como amor puro, haciéndonos inmunes a las ilusiones de dolor y sufrimiento.

EL ALTAR DE DIOS "SEGÚN UN CURSO DE MILAGROS"

En "Un Curso de Milagros", el Altar de Dios no se refiere a una estructura física, sino a un lugar sagrado dentro de nuestra propia mente. Es el espacio mental donde reside la conciencia de la Presencia de Dios, de nuestro Ser verdadero y de la unidad con toda la Creación.

LA CURACIÓN Y LA LIBERACIÓN DEL MIEDO

 

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Según "Un Curso de Milagros", la curación y la liberación del miedo están intrínsecamente ligadas y son el objetivo fundamental de su enseñanza. El Curso sostiene que toda enfermedad y sufrimiento tienen su origen en la mente, específicamente en las creencias erróneas basadas en el miedo y la separación de Dios. La curación verdadera, por lo tanto, es una curación de la mente, que conduce a la liberación del miedo y, como consecuencia, a la sanación del cuerpo y de las relaciones.

La Raíz del Miedo y la Enfermedad:

  • La Ilusión de Separación: El Curso enseña que el miedo surge de la creencia fundamental en la separación de Dios, de nuestros hermanos y de nuestra verdadera naturaleza amorosa. Esta ilusión de separación genera sentimientos de vulnerabilidad, inseguridad y amenaza.
  • El Ego como Fuente del Miedo: El ego es la parte de nuestra mente que cree en la separación y se defiende de ella a través de juicios, ataques, resentimientos y otras defensas inútiles. Estas defensas solo perpetúan el miedo y el sufrimiento.
  • La Enfermedad como Manifestación del Miedo: El Curso ve la enfermedad, tanto física como mental, como una manifestación externa del miedo arraigado en la mente. Es una forma en que la mente proyecta sus conflictos internos hacia el exterior.

La Curación como Corrección de la Mente:

  • El Perdón como Herramienta de Curación: El perdón, tal como lo enseña el Curso, no es condonar las acciones, sino reconocer que nuestras percepciones erróneas son la causa de nuestro sufrimiento. Al perdonar las ilusiones de separación y ataque en nosotros mismos y en los demás, liberamos nuestra mente del juicio y abrimos espacio para la curación.
  • El Reconocimiento de la Unidad: La curación verdadera implica recordar nuestra unidad inherente con Dios y con toda la Creación. Al reconocer que no estamos separados, el miedo pierde su base y la paz se restaura en nuestra mente.
  • La Guía del Espíritu Santo: El Espíritu Santo es la Voz de Dios dentro de nosotros, el maestro interno que nos guía hacia la verdad y la curación. Al escuchar Su guía y entregarle nuestras falsas creencias, permitimos que corrija nuestra percepción y nos lleve a la paz.
  • La Aceptación de la Expiación: Como vimos anteriormente, la Expiación es la corrección del error de la separación. Al aceptarla, permitimos que nuestra mente sea sanada y restaurada a su estado natural de paz y amor.

La Liberación del Miedo como Resultado de la Curación:

  • La Paz como Estado Natural: El Curso enseña que la paz es nuestro estado natural, inherente a nuestra conexión con Dios. El miedo es una ilusión que oscurece esta paz.
  • La Elección entre el Miedo y el Amor: En cada momento, tenemos la elección de percibir a través del miedo (el ego) o a través del amor (el Espíritu Santo). Elegir el amor es elegir la liberación del miedo y la experiencia de la paz.
  • La Ilusión del Peligro: El miedo se basa en la creencia de que estamos en peligro. Al reconocer que nuestra verdadera realidad es la unidad con Dios, donde no hay amenaza, el miedo se desvanece.
  • La Confianza en Dios: La liberación final del miedo se alcanza a través de una profunda confianza en Dios y en Su amor incondicional. Al saber que estamos seguros y amados, el miedo pierde su poder sobre nosotros.

En resumen, según "Un Curso de Milagros":

  • El miedo es la causa fundamental de todo sufrimiento y enfermedad.
  • La curación verdadera es una curación de la mente, basada en la corrección de la percepción.
  • El perdón, el reconocimiento de la unidad y la guía del Espíritu Santo son herramientas esenciales para la curación.
  • La liberación del miedo es el resultado natural de la curación de la mente y el retorno a la conciencia de nuestra verdadera naturaleza amorosa y unida a Dios.

El Curso nos invita a mirar más allá de las apariencias del mundo y a reconocer que la verdadera curación y liberación se encuentran en la transformación de nuestra mente a través del perdón y la aceptación del amor de Dios.

LAS LECCIONES DEL AMOR

Las lecciones del amor

"Un Curso de Milagros" ofrece una perspectiva profunda y a menudo diferente sobre el amor, desvinculándolo de las concepciones comunes y emocionales que solemos tener. En lugar de verlo como un sentimiento selectivo o una relación especial, el Curso presenta el amor como la realidad misma, la esencia de Dios y, por lo tanto, nuestra propia esencia.

Aquí te presento algunas de las lecciones principales sobre el amor según "Un Curso de Milagros":

   El Amor es Uno: El Curso enfatiza que solo hay un Amor, el Amor de Dios. No existen diferentes tipos de amor (romántico, filial, etc.), sino manifestaciones diversas de este único Amor. Creer en diferentes clases de amor es una ilusión del ego que fragmenta la realidad.

   El Amor es Extensión, el Ego es Contracción: El amor, en su naturaleza, busca extenderse, compartir y dar. El ego, por otro lado, se basa en la separación, el miedo y la necesidad de recibir para sentirse completo. Amar verdaderamente significa superar las barreras del ego y reconocer la unidad con los demás.

   Amar es Percibir Correctamente: El Curso enseña que no amamos porque vemos al otro como diferente o especial, sino porque reconocemos nuestra identidad compartida en Dios. El amor es la capacidad de ver más allá de las ilusiones del ego y percibir la inocencia y la divinidad en cada ser.

  El Perdón es el Camino al Amor: El resentimiento, el juicio y la crítica son barreras al amor. El perdón, tal como lo presenta el Curso, no es necesariamente absolver a alguien de una acción, sino liberar nuestra propia mente de las percepciones erróneas que nos impiden amar. Al perdonar, reconocemos que lo que percibimos como ofensas son ilusiones y elegimos ver la verdad del amor en el otro y en nosotros mismos.

  El Amor no Juzga: Dado que el Amor es uno y ve la unidad, no puede juzgar ni discriminar. El juicio es una función del ego que separa y condena. Amar es aceptar a todos sin condiciones, reconociendo su valía inherente como parte de la Creación de Dios.

   Tu Propósito es Amar: Según el Curso, nuestro propósito fundamental en este mundo no es buscar relaciones especiales, sino aprender a amar a toda la Creación como nos ama Dios. Al extender amor incondicionalmente, recordamos quiénes somos realmente.

   El Amor Propio Verdadero es Reconocer tu Identidad en Dios: El "amor propio" tal como lo entiende el ego puede ser una forma de separación y auto-idolatría. El verdadero amor hacia uno mismo surge al reconocer que somos parte del Amor de Dios, perfectos e inocentes tal como fuimos creados.

   El Miedo es la Ausencia de Amor: El miedo y el amor son estados mentales mutuamente excluyentes. Donde hay miedo, no hay conciencia del amor, y viceversa. Al elegir el amor en cada situación, disolvemos el miedo.

En resumen, "Un Curso de Milagros" nos invita a transformar nuestra percepción del amor, llevándonos más allá de las limitaciones del ego hacia la comprensión de que el Amor es la fuerza unificadora de todo el Universo y nuestra verdadera identidad. El camino hacia la experiencia de este Amor pasa por el perdón, la aceptación y el reconocimiento de la unidad con todos.

 

El mensaje de la crucifixión según Un Curso de Milagros

Meditación chacra plexo solar

LA ALTERNATIVA A LA PROYECCIÓN

LA RENUNCIA AL ATAQUE

 

La crucifixión no debe ser vista como un sacrificio, sino como una enseñanza extrema del perdón y la invulnerabilidad del Hijo de Dios. Jesús no sufrió para pagar por los pecados del mundo, sino para demostrar que el cuerpo no es real ni puede afectar la verdad del espíritu.

No fue un castigo ni un acto de sacrificio.

Jesús eligió mostrar que, incluso en medio de un ataque extremo, el amor y el perdón son posibles.

Su enseñanza fue: “No hay muerte, el Hijo de Dios es libre”.

El verdadero mensaje es: "Enseña sólo amor, porque eso es lo que eres".

El ego interpreta la crucifixión como ataque, pero el Espíritu Santo la interpreta como una lección de no miedo

 

 

La alternativa a la proyección, según Un Curso de Milagros, es la extensión del amor. Mientras que la proyección es un mecanismo del ego para deshacerse de la culpa interna proyectándola fuera (culpando a otros o al mundo), la extensión es un acto del Espíritu Santo que refleja la verdadera naturaleza del ser: el amor.

Aquí tienes una comparación para entender mejor:


Proyección (ego)                                                                 Extensión (Espíritu Santo)
Basada en el miedo                                                             Basada en el amor
Niega y expulsa la culpa                                                     Reconoce la inocencia
Separa y ataca                                                                     Une y sana
Distorsiona la percepción                                                 Corrige la percepción
Refuerza el ego                                                                    Refuerza la verdad del Ser

Cuando eliges no proyectar, no estás negando lo que sientes, sino permitiendo que el Espíritu Santo lo mire contigo y lo transforme. En vez de atacar o defenderte, eliges ver con amor, perdonar y compartir la paz. Esa es la verdadera alternativa: perdonar en vez de proyectar.

 

Según Un Curso de Milagros, la única respuesta a cualquier situación o problema percibido es el perdón.

El Curso enseña que el mundo que vemos es una ilusión proyectada por nuestra mente separada, basada en el miedo y la culpa. Los problemas que experimentamos son manifestaciones de nuestras creencias erróneas y juicios.
Desde esta perspectiva, la única manera de deshacer la ilusión y encontrar la paz es perdonar. Perdonar no significa necesariamente condonar las acciones de otros, sino más bien liberar nuestra mente de los juicios y resentimientos que nos atan al sufrimiento.
Al perdonar, reconocemos que lo que percibimos como una ofensa es en realidad una proyección de nuestro propio miedo. Al liberar al otro, nos liberamos a nosotros mismos. El perdón, tal como lo presenta el Curso, es un acto de auto-sanación que nos permite experimentar la realidad del amor y la unidad que subyace a la ilusión de separación.
En resumen, para Un Curso de Milagros, el perdón es la llave para deshacer todas las ilusiones y experimentar la paz de Dios.

LA EXPIACIÓN SEGÚN UCDM

la Expiación es el remedio de Dios para la creencia en la separación. No es un castigo ni un sacrificio, sino el acto de deshacer los errores de nuestra mente y recordar nuestra unidad con Dios y con toda la Creación.

Corrección de la percepción errónea: La Expiación no cambia la realidad, sino nuestra percepción de ella. Corrige la falsa creencia de que estamos separados de Dios y de nuestros hermanos.

Perdón como su herramienta principal: El perdón, tal como lo enseña el Curso, es la manera práctica de aceptar la Expiación. Perdonar es reconocer que lo que percibimos como ofensas o problemas no son reales, sino ilusiones creadas por nuestra mente separada.

Reconocimiento de la inocencia: La Expiación nos lleva a ver la inocencia en nosotros mismos y en los demás, más allá de las apariencias y los errores que parecen cometer. Reconocemos que en nuestra esencia somos seres espirituales perfectos y amorosos.

Sanación de la mente: Al aceptar la Expiación a través del perdón, nuestra mente se sana de la culpa, el miedo y el resentimiento, permitiéndonos experimentar la paz de Dios.

Restauración de la unidad: La Expiación nos recuerda que somos uno con Dios y con toda la Creación. La separación es una ilusión, y al aceptar la Expiación, volvemos a experimentar nuestra verdadera naturaleza unificada.

Don de Dios: La Expiación es un regalo de Dios a la humanidad, una forma de deshacer el error original de la separación y regresar a la conciencia de nuestro hogar en el Cielo.

La Expiación es el proceso mental de deshacer la ilusión de separación a través del perdón, lo que nos permite recordar nuestra unidad con Dios y experimentar la paz que reside en nuestra verdadera naturaleza inocente. Es la llave para despertar del sueño del ego y regresar a la realidad del Amor

 

Meditación guiada de la mañana